Introducción: La Carencia en el corazón de nuestra vida
Vivimos en una sociedad que constantemente nos empuja hacia el «tener». Tener más éxito, más bienes materiales, más experiencias…
Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo que realmente impulsa este deseo constante? El concepto de «proyectos de carencia», propuesto en el libro Lack and Transcendence, de David R. Loy, (citado en Vacuidad y no-dualidad, de Javier García Campayo) nos invita a reflexionar profundamente sobre esa sensación de vacío que a menudo tratamos de llenar con lo externo. Ya sea en nuestras relaciones afectivas, en nuestros objetivos profesionales o en la simple búsqueda del bienestar, esta carencia inconsciente guía muchas de nuestras acciones diarias.
Hablar de ello es crucial porque solo cuando nos hacemos conscientes de esa sensación podemos aprender a vivir de una manera más plena y auténtica.
El concepto de «Proyectos de Carencia»
El término «proyectos de carencia» se refiere a aquellos intentos inconscientes que hacemos para llenar lo que percibimos como vacíos en nuestras vidas.
Estos vacíos pueden estar relacionados con la sensación de no ser suficientes, de no tener suficiente, o incluso con el miedo a la muerte. En nuestra vida cotidiana, estos proyectos se manifiestan en nuestras relaciones, nuestras metas profesionales y personales, e incluso en nuestras aspiraciones más profundas.
Imagina a una persona que busca constantemente el reconocimiento de los demás. Es posible que, desde fuera, parezca tener una vida exitosa y plena, pero en su interior, esa búsqueda incesante es un reflejo de un «proyecto de carencia».

«El vacío no se llena con lo que poseemos, sino con lo que somos capaces de soltar.»
Osho
Este proyecto puede estar basado en una necesidad insaciable de validación externa, un intento de llenar el vacío de no sentirse amado o valorado. Así, la persona continúa persiguiendo logros, relaciones y experiencias que prometen llenar ese vacío, pero que inevitablemente terminan dejándole insatisfecho.
La carencia en nuestras relaciones
Los proyectos de carencia son especialmente visibles en nuestras relaciones afectivas. Muchas veces, buscamos en nuestras parejas o amigos aquello que sentimos que nos falta. Podemos buscar amor, validación, seguridad o compañía, y en esa búsqueda depositamos expectativas irreales sobre el otro. Esto puede crear una dinámica de dependencia, en la que la relación se convierte en un intento de resolver una falta interna, más que en un espacio de crecimiento y conexión genuina.
«El mayor error del ser humano es intentar encontrar fuera lo que no puede hallar dentro.»
Erich Fromm

Esta dinámica también puede generar conflictos, ya que esperamos que la otra persona nos proporcione lo que creemos que nos falta, lo que lleva a frustraciones y desencuentros. La carencia, entonces, no solo afecta nuestra percepción de nosotros mismos, sino también cómo nos relacionamos con los demás.
La carencia y nuestros proyectos de vida
En el ámbito de los proyectos de futuro, los «proyectos de carencia» pueden ser la raíz de esa constante sensación de insatisfacción.
¿Alguna vez has alcanzado una meta solo para sentir que ya necesitas buscar la siguiente?
Ese ciclo de logro y vacío es típico de alguien atrapado en un proyecto de carencia. Establecemos objetivos pensando que, al alcanzarlos, llenaremos ese hueco existencial que sentimos. Sin embargo, una vez logrados, la sensación de vacío puede regresar, impulsándonos a buscar un nuevo objetivo, perpetuando el ciclo.
Esta dinámica es común en nuestra cultura orientada al éxito. Creemos que al alcanzar «más» (más dinero, más poder, más prestigio), finalmente seremos completos. Pero el problema es que, cuando nuestro impulso se basa en llenar una carencia interna, nunca encontramos satisfacción duradera.
Cómo el Mindfulness puede ayudar
La buena noticia es que existe una salida de este ciclo. El Mindfulness, una práctica profundamente enraizada en la autoconciencia y la compasión, nos ofrece herramientas valiosas para trabajar nuestros «proyectos de carencia». A través de la atención plena, aprendemos a observar nuestras emociones, pensamientos y patrones sin juicio, lo que nos permite identificar esos impulsos que provienen del vacío y no de un deseo genuino.

«Estar en el presente es la única manera de estar realmente vivo.»
Thich Nhat Hanh
El Mindfulness nos enseña a estar presentes, y en esa presencia, comenzamos a comprender que no necesitamos «tener más» para ser completos. Podemos ser plenos aquí y ahora, independientemente de las circunstancias externas. Cuando nos volvemos conscientes de nuestras necesidades reales, en lugar de dejarnos llevar por la ilusión de la carencia, nuestras acciones y decisiones se vuelven más alineadas con nuestro bienestar auténtico.
Conclusión: Vivir desde la plenitud, no desde la carencia
Entender los «proyectos de carencia» nos permite dar un paso atrás y evaluar cómo estos afectan nuestra vida diaria. Al tomar conciencia de esta tendencia, no solo podemos mejorar nuestras relaciones y proyectos de vida, sino también vivir con mayor plenitud y autenticidad. El Mindfulness es una herramienta poderosa para salir del ciclo de insatisfacción, ayudándonos a conectarnos con el momento presente y a reconocer que, en esencia, ya somos completos.
Dejar de buscar fuera lo que ya existe dentro de nosotros es el primer paso hacia una vida más consciente y feliz.
Así que te invito a reflexionar sobre tus propios «proyectos de carencia».
¿Desde dónde estás actuando en tu vida? ¿Qué pasaría si, en lugar de buscar llenar vacíos, simplemente te permitieras estar presente, tal como eres, en este momento?
¿Quieres compartir tus experiencias con nosotros? ¡¡Estaremos encantados de escucharte!!
